11 abril 2015

Delirios





Vivían con la muerte. En su día a día recibían golpes, aguantaban el frio, controlaban el hambre. Se arrastraban por el barro, se camuflaban en la montaña, se cosían sus propias heridas. Eran la élite de las fuerzas armadas, el batallón de fuego los llamaban. Cuando las altas fiebres le daban tregua el brillo de sus ojos se tornaba en palabras. Incrédulos asentíamos a las narraciones extraordinarias de su estancia en Vietnam, viendo cómo las pocas energías las gastaba en dejarnos con la boca abierta como cuando éramos pequeños. Pero como antaño, ahora también, mi abuela farfullaba desde el rincón sombrío de la habitación: “¡Alma de cántaro si no hiciste ni la mili porque tenías los pies planos!”.




Microrrelato seleccionado en el Concurso de Microrrelatos "Fuego,aire,agua,tierra"

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