24 enero 2022

Frágil

La fragilidad es un número de habitacion, una cama, un pijama azul. La fragilidad es una jeringuilla, un gotero, un dolor. La fragilidad es un grito, un quejido, una lágrima a solas. 
La fragilidad es una fecha en el dni, una humedad en los huesos, una arruga en la piel de la historia. 
La fragilidad es saber y no poder, ver y no hacer, conocer y no aceptar. 
La fragilidad es ver partir lo que siempre crees que está ahi...
 
La fragilidad es un hospital, contigo dentro. 
 

15 septiembre 2020

Ellos

 

 Ellos

Rutinariamente tomaba el café y empezaba por el primer despacho. Llevaba años aprendiendo a esquivar las sombras y fantasmas que atormentaban a las nuevas.
El de Recursos Humanos era el peor, allí se amontonaban desilusiones, odios, mentiras y engaños en la pila de curriculums. No era extraño que terminara, después de una meticulosa limpieza, con la bata rasgada o algún moratón. Pero los años habían hecho a Milagros fuerte y tratar con aquellos entes no era tan distinto a tratar con su marido e hijo. Lo malo era saber que incluso “ellos” la respetaban más que los de su casa.

 

 

 Microrrelato presentado al I Concurso de Microrrelatos de Gadis Supermercados: Los ENCUENTROS son las personas, los lugares, los sentimientos.

 

https://www.gadismicrorrelatos.com/es/microrrelato/531600074554

 

 

 

 

12 septiembre 2020

Resta inversa


 Resta inversa


Si la silla que me sostiene supiera de mis intenciones. Si la mesa en la que me apoyo cayera al vacío. Si el bolígrafo que uso pudiera cambiar cada palabra que escribo. Si el papel en el que firmo borrara cada letra. Si el sobre en el que meto todo se extraviara de calle, de casa, de ciudad, de país. Si el sello evitara el destino timbrado sobre él. Sin sello, sin sobre, sin papel, sin bolígrafo, sin mesa, sin silla, sin ti. Todos los pasos me dejan sin ti, a cero.

 

 

09 enero 2020

Alcorisa



 El 23 de Abril del 2019 nos propusieron escribir algo con una imagen como inspiración en un pueblo de Teruel. Y esto fue lo que salió.


 


Decía Machado que “la tierra no revive, el campo sueña”. Y lo pensaba de sus campos de Castilla, esos tan iguales, tan secos y amarillos, tan vaciados como nuestra tierra turolense.
Y ciertamente, en Alcorisa el campo sueña. Los colores viajan por los ojos de los viajeros que suben al Calvario, los árboles se visten y desvisten para enseñarnos a vivir con sencillez por la val de San Juan, el sueño se vuelve aroma en el camino de la huerta…
Sueños de tierra llenos de tardes de primavera, paseos por el cerro de San Cristóbal, plazas de niños jugando y campos de vida en los ojos del último anciano nacido en el pueblo.
La tierra no revive porque no está muerta, está durmiendo esperando que tú te despiertes y la descubras de nuevo, como el florecer de cada primavera. Pero hasta entonces los campos sueñan, como los de Machado, como los de nuestro pueblo.