Mis
cortinas sueñan con tus persianas. Esperan con ansia el amanecer, ese preciso
instante en el que ellas se levantan e iluminan el día. Mis cortinas entonces
languidecen de amor y cayendo al suelo recuerdan el doble cristal que las
separa. Por la tarde, como un parpadeo lento, tus persianas van bajando
mostrando su naturaleza y desnudando sus secretos. Mis cortinas sueñan con tus
persianas todas las noches, pero es una pena que ellas sólo quieren que las tape
el estor.
Microrrelato finalista en el I Certamen de Microrrelatos de Amor "Amor no correspondido".
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