Pintaba
en el cielo formas de vidas que se imaginaba. Opciones acertadas que cambiaban
el fin de su historia. Decisiones diferentes que dejaban cajones abiertos
llenos de rincones que descubrir y objetos que coleccionar. Como las gafas que
nunca usó para verla a ella más de cerca. O la mochila que nunca le regalaron
para meter los libros que leería en el metro. O la pipa que siempre quiso tener
para que el humo se convirtiera en nuevas nubes a las que darles forma en su
imaginación. Objetos que pintaba en el cielo, cada tarde desde su habitación
con rejas.
Hay muchos tipos de habitaciones y muchas clases de rejas. Pero no son inexpugnables...
ResponderEliminarPrecioso, Eva.
Muchas gracias madame Richmond!!
ResponderEliminarCiertamente, a cada uno le asignan o elige una clase de rejas.