18 diciembre 2014

Hipocondríaca



Hipocondríaca

Todos sus temores tenían una plasmación hipocondriaca en ella. Cuando tenía que viajar en avión, los pies se le hinchaban llegando incluso a tener que ir descalza ante la falta de zapatos tan grandes. Cuando empezaba un curso nuevo en la universidad, la vista se le extraviaba, perdía audición de un oído y su mano zurda quedaba paralizada ante un bolígrafo. Cuando se sacó el  carnet de conducir no paraba de sangrar por la nariz cada vez que se montaba en el coche. Pero lo peor llegó cuando se enamoró.

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