25 julio 2013

El apóstol, negra sombra

El día grande de Galicia llevaba varias jornadas anunciado en las calles. Los carteles proponían conciertos, planes de exaltación del sentir de un pueblo, cultura, música, gastronomía, religión, supersticiones, sal, mar, verde, montaña, lengua, retranca, vino, estrellas, ferias...

Pero una negra sombra se cernió a 4 km de Santiago, el tren no llegó a su hora, ni a su estación. Noticias confusas llegaban, suposiciones se abatían, medios de comunicación  perniciosos dejaban volar sus conjeturas, las cifras bailaban y suspiros cortaban el aire, como cuchillos afilados.

Hoy, con resaca de duelo, se despierta este pequeño país con acento de sal (como canta Suarez), mirándo al Atlántico y al cielo, rezando con los ojos humedecidos, con el corazón roto en su día grande.

La negra sombra pasa dejando muchas vidas destrozadas, familias rotas, dolores afixiantes. Pero también nos deda la solidaridad, el sentir, el cariño de la gente.
La vida es un suspiro, y a veces pasa en 11 segundos.

Respeto, silencio, oración, Galicia.


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