- Y este año no vienen los niños – Dijo Fina con
tono enfadado antes de hacer que dormía.
- Déjalos, ya son mayores – respondió el resignado
Ramón con un largo suspiro.
Como cada año desde hacía un lustro Fina aguardaba
el día con ilusión. Desde que vio aquel documental en la tele el sentido de
las fechas cambió para ella. Metió el mantel de cuadros y las servilletas en la
cesta encima de todo para cubrir los filetes empanados y la tortilla. No le
hacía mucha gracia coger la bota de vino, pero era lo único a lo que no había
renunciado su marido. Con las flores en una mano y la cesta en la otra, estaba
preparada para bajar a la calle.
- Vamos Ramón, que no quiero llegar tarde, ya sabes
que a mamá le gustaba comer pronto.
- Sí cariño, ya voy.
Y con un “maldito documental mejicano” entre los
dientes, Ramón bajó a buscar el coche para ir al cementerio.
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