—No es mala idea, pero siempre he querido tener un pequeño huerto.
—Como prefieras, ya que yo he elegido la casa elige tú qué hacer con ellos.
—Serán un buen abono, ya verás —dijo sonriendo mientras enterraba a los viejos.
Publicado en 50 Palabras
Cincuenta Palabras
Este espléndido relato es de los que se leen una vez y se quedan grabados en la memoria para siempre.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Muchas gracias Madame Richmond!!
ResponderEliminarViniendo de una profesional como tu el halago vale doble ;)