28 octubre 2015

La escolinha de Muanona




Su sonrisa me traspasó como un cuchillo. Ese haz de luz blanca apareció de la nada al ver el globo volar lentamente. No podía creer como las cosas insignificantes hasta antaño se llenaran de un sentido totalmente nuevo. Todas las palabras estaban cambiando su significado desde que estaba en la escolinha de Muanona en Nacala, Mozambique. Como unas serpientes dejaban atrás su piel para envolverse de una nueva, con más tonalidad, sonoridad y belleza; todo ello ayudado por los niños y las mujeres de allí. El saludo o las gracias, antes algo cortés y repetitivo, se tornaba alegría, respeto e ilusión. Los posesivos, antes de mudar de piel eran egoístas y materialistas, ahora se vestían de plurales a compartir. Los adjetivos, fríos y coordinados, se renovaban ante mis ojos para ofrecerme un arcoíris de sensaciones transmitidos con gestos. Los verbos, inmóviles en mi ciudad del cierzo, se desplazaban hasta lugares insospechados dispuestos a  remover mi alma y mi mundo. Todo cobraba un sentido nuevo, incluso yo que me descubrí de nuevo y mudé mi piel para dejar atrás mis días rojos, como decía Audrey Hepburn, y empezar a colorearlos no en Tiffani´s sino en África. 



Fotografía: Cedida por Pilar Modrego.

22 octubre 2015

El siete y medio


Tenía un caballo y un dos, sólo necesitaba un poco de suerte para ganar aquel siete y medio. Sudaba al ver cómo disfrutaba la embaucadora crupier con aquella timba improvisada en el hielo. Jorge estaba a mi derecha sentado, apenas podía mover el brazo derecho por el impacto recibido y su cara ensangrentada no auguraba nada bueno. No pude ni despedirme de él, fue levantar la carta y largarse enfurecido. Ramiro ya se había marchado en la anterior mano asfixiado por la nieve. Como en un fusilamiento aguardé  mi turno mirando a la crupier decidido a pedir carta antes que plantarme. No recuerdo bien el momento en que di la vuelta al naipe, sólo que me desperté en el hospital más próximo a la montaña. Supongo que saqué un cinco.




13 octubre 2015

Piedra, papel o tijera



Y de repente el papel en el último intento de escapar de la tijera acabó soltando palabras para huir más ligero. Así que ahora una hoja en blanco, lejos de afiladas cuchillas, vencía al puño del último aliento del escritor.



Microrrelato participante en el  IV Concurso de microrrelatos de temática libre "Pluma, Tinta y Papel".
 

http://www.diversidadliteraria.com/info-concursos/resultados-concursos/pluma-tinta-y-papel-iv/

07 octubre 2015

Tijeras


Y sin más dilación cortó el fino hilo que me unía a la vida cual Átropos, una de las Moiras. Todo quedó en un golpe seco, un corte limpio, una herida abierta. No podré olvidar cómo las afiladas cuchillas de la tijera brillaban en sus ojos y cómo en mi cabeza resonaba el sonido que produjeron al cerrarse “Te dejo”.


Relato seleccionado en el V Concurso de microrrelatos ACEN para aparecer  en el libro solidario “Bocados sabrosos V”