31 mayo 2015

La duda




Lentamente abrió el maletero. Su mano se deslizó con suavidad para en un acto de sublime delicadeza levantar, como se alza la luz sobre las tinieblas, la puerta. Expectantes, mi hermano y yo desde la otra acera de la calle observábamos la escena con la incertidumbre del final de una novela de Agatha Christie. Nuestros ojos ni siquiera se permitían el lujo de parpadear para no perder ni uno de los detalles del momento. La vida seguía ajena a nosotros: las madres llevaban a sus hijos al colegio, los abuelos daban su paseo vespertino, las furgonetas de reparto ocupaban las dobles filas. Todos desconocían el secreto que mi hermano, la policía que paró el coche  y yo estábamos a punto de descubrir. Y cuando uno de los agentes extrajo aquel pequeño paquete envuelto en una toalla blanca con flores amarillas el otro gritó: “¡Chicos, largo de aquí!”.



Microrrelato participante y seleccionado en el I Concurso de Microrrelatos en la I Semana del Libro de Daroca.




25 mayo 2015

La habitación




Los dedos se me habían vuelto a congelar. Que difícil era escribir en aquella habitación helada, oscura y vacía. Por mucho que quisiera hacer de aquello mi hogar, siempre había algo que me recordaba que nunca lo sería. El papel que se descorchaba de la pared, la pata coja del somier, la carcoma de la pequeña mesa debajo de la ventana cuyas contras dejaban pasar la escasa luz que recibía el habitáculo durante todo el día. Pero aquellos escasos 2 metros cuadrados se transformaban en 6 en las cuatro letras que escribía una vez al mes. La ventana se tornaba como un gran ventanal por donde el amanecer entraba todos los días para recibirme en el mundo. El colchón de paja era uno de algodón, de segunda mano, pero caliente y cómodo para mis jóvenes pero gastados huesos. La mesa era un antiguo escritorio de roble que el señor iba a tirar pero decidió cedérmelo para que continuase con mis estudios nocturnos, y mejorara en eso de escribir y leer. Sin duda había mejorado bastante en ello, ya que mis cartas eran dignos folletines de novelas salidas de la imaginación más desarrollada.





Fotografía de la casa museo de María Pita (A Coruña)
 

23 mayo 2015

Odiando #viernescreativo

#Viernescreativo Una imagen y más de 100 historias...
Imagen: fotografía de Josephine Cardin, imágenes que sugieren una y mil historias....



Odiando
Sabía que deseaba su muerte. Deseaba que desapareciera, que un buen día llegara al trabajo y ya no estuviera allí, que no tuviera que preocuparme por encontrármelo por la calle, que la vida dejara de sangrarme cada vez que lo viera. Sabía que quería aplastarlo, que quedara como aquella granada que en el office de la oficina se me cayó de las manos y llenó todo el suelo de rojas gotas, de vida y muerte. Pero él, con su siempre tierna sonrisa volvía a hacer que me avergonzara de odiarlo tanto.
– Tranquila querida, yo te ayudo a recogerlo. Y hablando de recoger, recuerda que esta tarde paso a por los niños, quiero que conozcan a Ana por fin.




20 mayo 2015

Como otoño





Le gustaba esperar. Le daba tiempo para asimilar las cosas, para saber a lo que atenerse. Le gustaba esperar en la sala del médico, en la estación de autobús, en la fila del súper, en el parking. Le ayudaba mucho el hecho de no trabajar y no tener unos horarios a los que estar atado. El tiempo no corría en su contra, ni a favor, simplemente se desplazaba suavemente como aquellas nubes a las que miraba mientras esperaba en la gasolinera. Sabía que un día todo aquello terminaría, que la rutina, los horarios, las prisas volverían a su vida como el otoño vuelve cada año a terminar con el verano. Pero incluso para eso le gustaba esperar.



18 mayo 2015

De dientes





Ya no podíamos contar con él. Se había vuelto huraño con nosotros, extravagante con sus ideas e introvertido con su vida. No nos fiábamos de él los días que íbamos de caza, incluso los perros le temían. No quería salir por las noches y nos miraba de manera despectiva cuando hablábamos de viajar a nuevos lugares para que no nos siguieran el rastro. Desde que mordió, hacía dos meses, a aquella misionera dejó de afilarse los colmillos y empezó a lavarse los dientes. Ya no era un vampiro al uso.



15 mayo 2015

De dioses #Viernescreativo




#Viernescreativo Una imagen y más de 100 historias...
Imagen: Pejac es un artista que acostumbra a trabajar en las paredes que encuentra, además de en su estudio.


Sin saber cómo los dioses, lo cuales nos habían bendecido con aquel don, nos estaban castigando ahora con él. Vagábamos por la tierra huyendo de todo lo que antes nos había hecho dichosos, sin poder encontrar refugio en ningún lugar. Primero nos hostigaron con el agua, luego con el viento y ahora con el fuego.  Verdaderamente parecían niños jugando con nosotros.



10 mayo 2015

La persiana



 El tema del microrrelato debía de ser uno de los 17 temas de una exposición "Campoo devanado", alguna foto, elemento descriptivo, verbo o haikus.



La tierra alta
descansa en enero,
no su latido.

Atizar

La persiana

Su vida, como una persiana vieja, chirriaba por todos los lados. Se había vuelto amarillenta, llena de agujeros que dejaban pasar haces de luz incesantes, ávidos de oscuridades que acuchillar. Le resultaba fácil caer con aplomo, de un golpe, hasta rebotar y perder el control. Pero subir se tornaba todo un ejercicio de fuerza, arrojo y habilidad. Cual equilibrista ebrio se balancea jugando con la muerte todos los eneros del año. Pero aquel mes algo había cambiado. Por fin se había olvidado de los cristales rotos, a los cuales una vez amó de una manera transparente pero frágil. Había huido a las montañas, había escapado para refugiarse, para soportar, para no balancearse más. Al final su alma en tierra alta descansaba en enero. No su latido, el cual recuperaba el ritmo siendo atizado con nieve y viento fresco. Su vida, como una persiana vieja, ya no estaba a punto de romperse.



Microrrelato participante en el Concurso de Microrrelatos de Campoo Devanado.